Premio Talento de Comedia: Fran Perea – La empatía del alquimista

Sin duda, ser empático es más valioso que ser simpático. El buen carácter ayuda, claro que sí, el humor y todo lo demás, pero la empatía es cosa de dioses, o de esclavos rebeldes cual Sísifo feliz que imaginaba Albert Camus subiendo su roca, una y otra vez, a la cima de la montaña.

 

La empatía es la capacidad innata que permite al ser humano tender puentes hacia universos distintos al propio, para imaginar y sentir cómo es el mundo desde la perspectiva de los otros. Eso hace, construye y logra nuestro Fran Perea, un gran soñador y trabajador, que como persona —y también cuando se transforma en personaje— consigue desconectar sus pensamientos y ponerse en la piel del otro, en el papel que te pide la historia, y en otro corazón.

Esa predisposición a sentir y a reconectar es el gran tesoro de Perea. Utilice diálogos o gestos, es un sabio ejecutante conocedor de las reacciones del otro, de la otra, del otre, del otru también, porque —ahora en serio— el gran Fran atisba y sabe ir más allá de las diferencias de protagonistas y situaciones. Por eso comprende, respeta y es tolerante, se esfuerza y desde ahí, esgrime todo su talento.

El William Shakespeare más alegre y rocero lo hubiera asegurado entre su cuadrilla: Fran Perea, un artista totale en comedia y en dramática, intérprete a corazón abierto, dominador en la arena de la empatía, donde sólo los grandes y generosos como él son los que al final nos inundan. Todo un talento que además es cajón de sastre y Caja de Pandora de otros mil y un vientos.

Carlos Gurpegui

Foto: Sergio Lardiez