La tarde de Paco Martínez Soria 2012

El personaje de la película con la que este año recordamos la carrera de Don Paco, “Es peligroso casarse a los 60”, está obsesionado con tener un heredero que continúe al frente de su negocio de transportes y perpetúe su estirpe, su apellido e incluso su nombre, Mariano.

Otro Mariano, el prolífico Ozores, le dirigió en esta ocasión. Ya lo había hecho seis años antes con “El calzonazos”, película que no había ido nada mal en taquilla, termómetro fundamental en estos asuntos.

Como quiera que sus directores habituales habían ido falleciendo, tampoco había mucho donde elegir: el bueno de Don Mariano parecía una opción razonable. No fue ni mucho menos de las películas que mayor recaudación dieron en su momento, aunque no fue nada desdeñable. Pero se habían acostumbrado a que éstas fueran elevadas y cundió cierta decepción por el discreto resultado en taquilla.

La idea de la película fue adaptar una pieza teatral que Dionisio Ramos, representante, productor y sobre todo amigo de Don Paco, había estrenado en el Teatro Talía allá por 1974. Sobre las tablas el título rezaba “Te casas a los 60… y qué?”, que como era habitual en nuestro ilustre paisano fue un tremendo éxito de público.

Hay que reconocer que le echaron algo de valor con aquello de la edad ya que el personaje debe andar por el sexto decenio y en la realidad el actor tenía 78… y los aparentaba. En el teatro, entre el maquillaje y la mayor lejanía aún se puede disimular, pero en el cine abundan los primeros planos y Don Paco no era de usar imágenes difuminadas cual si fuera Sara Montiel, precisamente.

Se rodearon de un elenco solvente –María Luisa Ponte, Agustín González, Julita Martínez, Luis Varela, Margot Cottens, entre otros- y D. Mariano añadió para no perder la costumbre la presencia de su hermano Antonio. Este aceptó el papel porque, como le dijo el director, no tenía que aprenderse texto alguno. Cuando vean la película se darán cuenta del porqué.

El propio Mariano Ozores cuenta en sus memorias que no le sentó demasiado bien a D. Paco el que en cierto modo le “robara” alguna secuencia el Ozores actor. Puede que así fuera. Ya saben Vds. cómo era el prurito de Martínez Soria en lo tocante a estos asuntos.

La película, penúltima en la carrera del actor, ha aguantado aceptablemente el paso de los años. Sigue ofreciendo un rato agradable a los seguidores del turiasonense, obsequia algunas réplicas ingeniosas, permite el lucimiento del actor en varias secuencias, arranca la sonrisa en algunos momentos y es en definitiva coherente con el desarrollo de su carrera, tanto la teatral como la cinematográfica, no faltando una de sus marcas habituales, la boina, aunque la acción no se desarrolle en nuestra tierra.

Curiosamente, en el filme se toca al tema de la sucesión. Analícese si Don Paco ha tenido o no sucesor o sucesores en su arte. Dejo al discernimiento de cada uno la respuesta a esta cuestión. Los tiempos cambian, dirán muchos, y es cierto. Pero consideremos el fondo más que la forma y veamos si el terreno que él pisó lo ha heredado alguien, aunque sea en espíritu. Sirvámonos en esta encuesta con la incuestionable realidad que encierra el que las reposiciones de sus películas en las pantallas de la televisión siguen contando con una audiencia millonaria.

A disfrutar de nuestro paisano y a recordarle ahora que se cumplen 30 años de su marcha.