Entrevista a Borja Cobeaga

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“Cada vez creo menos en la gente que espera a que llegue el contexto para hacer algo. No, el contexto lo creas tú y punto”

¿Cuándo empezaste a hacer cortos?

Empecé a los 10 años, mi familia se compró una videocámara y me gustaba el cine desde muy pequeñito, y empecé a hacer cortos con mis amigos. No tenían argumento ni nada, simplemente éramos niños de diez años pegándose tiros con pistolas de juguete. Pero con el paso del tiempo se fueron haciendo como más serios y más intencionados, incluso llegamos a escribir guiones. Era un poco como entretenimiento de fin de semana, de igual manera que podíamos ir el sábado los recreativos.

¿Crees que para ser un buen guionista hace falta tener talento?

Yo creo que más que talento es ilusión y persistencia. Hay una cosa que es verdad, y es que, por ejemplo en mi facultad –estudié comunicación audiovisual en Bilbao- los que al final hacemos cosas y que nos dedicamos a estos, somos los que ya hacíamos cosas antes de entrar en la universidad.

¿Crees que para llegar a que se reconozca el trabajo de un director/guionista hace falta empezar desde tan joven?

No creo que sea tanto cuestión de talento o de edad, como de entusiasmo, persistencia y no desalentarse nunca. Al final el que consigue algo es el que ha insistido, insistido e insistido. Por ejemplo di un curso de verano hace poco en el que había alumnos de imagen y cosas así y veías que la mayoría no habían hecho nada nunca. Eso sí que me costaba entenderlo, al final no se trata tanto de que te obliguen a dar un curso determinado, sino porque te lo pide el cuerpo.

¿Para que aparezcan actores famosos en un cortometraje es necesario tener cierto renombre como director o guionista?

En general, a actores famosos o a compañeros les suele gustar que se lo pidan, si les gusta la idea lo hacen, da igual quién sea el director. El cortometraje es un ejercicio para probar, inventar y para conocer más gente. Algo arriesgado que haces por gusto, no por dinero, no de cara a un público, sin ninguna presión, es algo que se hace para disfrutar.

¿Qué consejo le darías a una persona que esté iniciándose en el mundo audiovisual?

Un poco al hilo de lo que decía del entusiasmo, diría que el que resiste gana. Quiero decir que insistir en el fallo-error . Tengo un amigo que dice que para escribir una página buena de un guión, hay que escribir mil malas. Para llegar a hacer algo mínimamente interesante, hay que soltar la morralla cuanto antes. Por lo cual yo comparto eso de que el que persiste, con inasequible desaliento, es al que le va a ir bien.

¿Cuál de todos tus trabajos es el que más te gusta o le tienes más cariño?

Yo creo que el que me gustaría hacer en más ocasiones es “Éramos pocos”. Por el sentido del humor que tiene, oscuro. No parece una comedia, pero te va empujando hacia ella. El patetismo… Tiene muchas cosas en común con “Pagafantas”, incluso con “La primera vez”. Pero quizás “Éramos pocos” en conjunto es el que más me gusta. El tipo de historia familiar, muy cotidiana, que no busca una situación cómica, es la lógica de la historia la que crea la situación. Me gustaría seguir en esa dirección.

¿Cómo son tus rodajes?

Pues son realmente tranquilos, de hecho a veces son demasiado tranquilos porque como me gusta el buen ambiente en el rodaje, a veces luego me fustigo pensando: “Debería haber sido más exigente”.  Siempre pasa en algún momento en un rodaje que estoy cuatro días que estoy insoportable, mi síndrome premenstrual, lo peor es que se lo transmites al equipo y me gustaría controlar eso. Yo prefiero escuchar el año y pico de creación, que la hora y media de película, y no creo en el elemento tensión para sacar adelante un rodaje.

¿Qué te gusta más, trabajar en TV o en cine?

La verdad es que me gustan las dos cosas. Por ejemplo lo bueno de la tele es la inmediatez, a lo mejor una idea que has tenido por la mañana por la tarde se está emitiendo, y el cine requiere más elaboración y el proceso es más largo y agotador, y también mucho más cuidado, elaborado y la tele más espontánea. Pero cada cosa tiene su encanto, es diferente.

¿Cómo se consigue hacer reír a la gente?

Yo creo que lo peor que puedes hacer es intentar hacer gracia pensando “creo que esto va a hacer gracia”. Yo creo que es mucho más fácil hacer gracia, si piensas en algo que te hace reír a ti. Si te ves a ti mismo como espectador, como posible reidor de algo, y creo que para la comedia es fundamental que suene a verdad.

La primera vez que viniste al festival hace dos años viniste a entregar un premio, este año te lo entregan a ti, ¿qué se siente?

Normalmente parece que los premios se entregan en el culmen de tu carrera. En este caso, que me den un premio, no como final, sino por lo que esperan de ti, es muy satisfactorio.